diumenge, 28 d’octubre del 2012

Cinc monges trapenques a Síria

Cinco monjas trapenses en Siria no temen seguir la suerte de los siete cistercienses de Argelia

En 1996, siete monjes cistercienses francesesdel monastereo de Thibrine fueron asesinados por un grupo terrorista islamista. Xavier Beauvais inmortalizó ante los hombres en 2010, con la películaDe dioses y hombres, un martirio que les había inmortalizado ante Dios.

Y ahora, en el monasterio de Azeir, en Siria, hay la tentación de establecer un paralelismo con las cinco monjas trapenses italianas que en 2005 abandonaron su tranquilo convento de Valserena, en la provincia de Pisa, en Italia, para fundar en un país convulso ahora por una guerra civil que ha causado ya más de treinta mil muertos y doscientos mil refugiados.

La evangelización monástica

¿Por qué lo hicieron? ¿Por qué fundar en un país que hace siete años parecía estable? "Porque aquícomenzó a desarrollarse la Cristiandad", responden, "para extenderse luego por Asia Menor, Grecia, Roma, y luego Armenia, la India, China... En los primeros siglos la acción misionera la llevó a cabo un vivo movimiento monástico que surgió a la vez e independientemente del egipcio", con santos que van desde San Efrén el Sirio a San Simeón el Estilita, pasando por San Juan Crisóstomo o San Juan Damasceno que continuaron sus huellas: "Nosotras queríamos seguir esa corriente, partiendo de nuestra tradición latina y benedictina, convencidas de la abundancia de frutos de un intercambio profundo entre la herencia occidental y la oriental".

Los inicios: el monasterio de Azeir, en construcción.
Y fue así como nació el monasterio de Azeir, entre la castigada ciudad de Homs y Tartous, en la Siria Central, cumpliendo una misión muy similar a la de los cistercienses de Thibrine: ayudar sin distinción a los cristianos y musulmanes de la región, creando un faro de concordia en medio de la guerra que no podía preverse cuando estas cinco italianas pisaron Siria por primera vez: "Ahora formamos parte de esta comunidad, prescindiendo de nuestra nacionalidad italiana y de los recursos que eso implica, así que no podemos escapar en el tiempo de la prueba. La suerte de los sirios es nuestra suerte", declara la abadesa, Sor Mónica, a Asia News.

La página web del monasterio reproduce algunas de las cartas que las cinco monjas han escrito en los últimos meses contando los sufrimientos que el enfrentamiento armado causa a la población. Para ellas, el monasterio es un signo concreto de esperanza, porque "un lugar donde Dios es adorado en su presencia real, tanto eucarística como eclesial, en la oración y en la comunión fraterna, es una bendición para todos".

¿Por qué irnos?
Una de las cartas afirma que las personas sencillas en medio de las cuales viven ya cuentan muertos entre los suyos, tanto de las fuerzas del régimen como de sus opositores. Por eso invitan en todas sus cartas a que los cristianos del mundo recen por la población siria: "La gente quiere justicia, libertad, democracia, pero también quiere poder trabajar, salir de casa con su familia".

Y llaman constantemente a las puertas del monasterio, no sólo para pedir bienes de primera necesidad, sino para buscar consuelo: "Algunos jóvenes -cuenta una de las hermanas en una carta- han empezado a venir a nosotras porque tienen necesidad de que alguien les ayude a pensar, a crecer, a reflexionar". Ellas lo hacen con su pequeño testimonio: "Nuestra confianza en el hombre proviene de la esperanza cristiana y es más fuerte que todos los horrores. El cristiano está llamado a dar testimonio en este mundo. Nosotras hemos sido llamadas a Siria, así que ¿por qué irnos?".

(Arribat per mail)

Llençar el mantell...

De Joan Josep Tamburini, a El Rincón del Anacoreta

Tirar la capa


"Llegaron a Jericó. Y cuando ya salía Jesús de la ciudad seguido de sus discípulos y de mucha gente, un mendigo ciego llamado Bartimeo, hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino. Al oír que era Jesús de Nazaret, el ciego comenzó a gritar:
– ¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!
Muchos le reprendían para que se callara, pero él gritaba más aún:
– ¡Hijo de David, ten compasión de mí!
Jesús se detuvo y dijo:
– Llamadle.
Llamaron al ciego y le dijeron:
– Ánimo, levántate. Te está llamando.
El ciego arrojó su capa, y dando un salto se acercó a Jesús, que le preguntó:
– ¿Qué quieres que haga por ti?
El ciego le contestó:
– Maestro, quiero recobrar la vista.
Jesús le dijo:
– Puedes irte. Por tu fe has sido sanado.
En aquel mismo instante el ciego recobró la vista, y siguió a Jesús."


Todos estamos ciegos hasta que no encontramos a Jesús. Bartimeo es nuestro modelo. Está ciego; sin embargo Jesús le dice que su fe lo ha salvado. ¿Dónde ve Jesús la fe en alguien que está ciego sentado junto al camino? Bartimeo no se contenta con pedir la vista. Arroja la capa, da un salto y grita a Jesús: ¡ten compasión de mí! Tres características que demuestran nuestra fe. Tres condiciones para poder ver.

Primero, arrojar la capa. Desprendernos de todo aquello que nos ata, nos retiene encerrados en nosotros mismos, nos impide creer.

Segundo, saltar. Libres ya de estorbos, tener la valentía de lanzarnos hacia lo que todavía no vemos, lo que desconocemos, confiando que al otro lado del salto está Él.

Tercero, reconocernos dignos de compasión. Darnos cuenta de que no somos nada, de que necesitamos su ayuda, de que estamos ciegos. En la tradición ortodoxa, los monjes utilizan la repetición de esta frase, acompasada a la respiración, como la forma de orar constantemente. Es la llamada Oración de Jesús, que encontraréis descrita en el libro "Diario de un peregrino ruso".

También hemos de considerar la actitud de los que le rodean. Primero protestan, quieren hacerle callar. Cuando Jesús lo llama, le ayudan, le dan ánimo. La Fe es una cuestión personal, pero necesita el apoyo de la comunidad. Todos somo responsables de alguna manera, de la fe de todos. Desgraciadamente, demasiadas veces somos un obstáculo para que los otros encuentren a Jesús.

Bartimeo recobra la vista y la consecuencia es clara: siguió a Jesús. El que realmente VE, no puede dejar de seguirlo. Toda su vida depende a partir de ese momento de Él.

¿Tenemos Fe? La respuesta es clara. Debemos examinarnos de si lo hemos abandonado todo, de si hemos saltado confiados, de si nos reconocemos imperfectos, necesitados, ante Él. ¿Realmente vemos?¿Le seguimos sin condiciones? Si realmente se nos han abierto los ojos sabremos encontrar a Dios en la belleza, en la sencillez, en la paz, en la armonía...Pero, también lo encontraremos en el dolor, en el sufrimiento, en la injusticia ajena...Y nuestro seguimiento implicará la lucha para que ese dolor, ese sufrimiento, esa injusticia desaparezcan. Pero hemos de empezar por tirar la capa...

dissabte, 20 d’octubre del 2012

"No pas així entre vosaltres"


de Jesuitas En Comunicación Latinoamérica

"Els qui aspiren a ser caps de les nacions, les governen dictatorialment, i els seus magnats exerceixen sobre elles un poder opressiu. Però no serà pas així entre vosaltres: no, ben alcontrari: el qui aspiri a ser el més gran entre vosaltres, serà esclau de tothom. Com el Fill de l'home que no ha pas vingut perquè el serveixin, sinó per servir i donar-se ell mateix com a preu de rescat per a tothom."

"En su comunidad no habrá lugar para el poder que oprime, solo para el servicio que ayuda. Jesús no quiere jefes sentados a su derecha e izquierda, sino servidores como él, que dan su vida por los demás.

Jesús deja las cosas claras. Su Iglesia no se construye desde la imposición de los de arriba, sino desde el servicio de los que se colocan abajo. No cabe en ella jerarquía alguna en clave de honor o dominación. Tampoco métodos y estrategias de poder. Es el servicio el que construye la comunidad cristiana.

Jesús da tanta importancia a lo que está diciendo que se pone a sí mismo como ejemplo, pues no ha venido al mundo para exigir que le sirvan, sino "para servir y dar su vida en rescate por muchos". Jesús no enseña a nadie a triunfar en la Iglesia, sino a servir al proyecto del reino de Dios desviviéndonos por los más débiles y necesitados.

La enseñanza de Jesús no es solo para los dirigentes. Desde tareas y responsabilidades diferentes, hemos de comprometernos todos a vivir con más entrega al servicio de su proyecto. No necesitamos en la Iglesia imitadores de Santiago y Juan, sino seguidores fieles de Jesús. Los que quieran ser importantes, que se pongan a trabajar y colaborar" (José Antonio Pagola).

Per a ser feliç...

... posa en pràctica aquesta llista de verbs:


Sobre les recomanacions econòmiques



"Recomanar la sobrietat al pobre és alhora grotesc i insultant. És com dir a qui es mor de fam que mengi poc" 

Oscar Wilde

divendres, 19 d’octubre del 2012

Les "germanes verdes"


Las hermanas verdes aúnan práctica y experiencia, catolicismo y econología, ortodoxia y activismo, teología tradicional y pasión por salvar el planeta.
"El cultivo de la diversidad es la mayor contribución a la paz: paz con la naturaleza y entre los diversos pueblos" (Vandana Shiva)
Es probablemente una de las cuestiones más críticas de nuestro tiempo: ¿cómo podemos, como seres humanos, encontrar formas éticas y sostenibles de vivir y convivir en este planeta?
Las "Hermanas Verdes" son religiosas católicas que trabajan para curar la tierra al tiempo que cultivan nuevas formas de cultura religiosa: jardines orgánicos mantenidos por la comunidad, estructuras alternativas de construcción, albergues de materiales reciclables, tecnología verde para composteros, paneles solares, iluminación fluorescente y vehículos híbridos, entre otros.
Las hermanas verdes aúnan práctica y experiencia, catolicismo y econología, ortodoxia y activismo, teología tradicional y pasión por salvar el planeta. Al tiempo que exploran vías para llevar una vida religiosa con sentido en medio de la creciente diversidad cultural y una crisis ecológica. Su testimonio diario ilustran el vínculo entre ser mujer, religiosa, ecología y cultura.
A modo de ejemplo aconsejamos una visita virtual al Santuario Sisterfarm en Texas: http://www.sisterfarm.org/virtual-tour.html
Nota: En el mateix web trobareu enllaços a iniciatives que duen a terme religioses de diferents congregacions.

Més de 350 milions de cristians són perseguits arreu del món


Más de 350 millones de cristianos sufren persecución

7-10-2012, MADRID

La Fundación Ayuda a la Iglesia Necesitada presentó ayer su informe anual sobre la libertad religiosa en el mundo. De acuerdo a su análisis, la situación mundial ha empeorado en términos generales, ya que en 133 de los 166 países analizados el derecho a la libertad religiosa ha sufrido algún tipo de restricción.

Las cifras globales son las más llamativas: alrededor de 350 millones de cristianos sufren persecución o discriminación religiosa en el mundo. Además, los ataques contra los cristianos han aumentado un 309% entre 2001 y 2010. La alarma se dispara además en algunos de los países árabes que tras los cambios políticos sufridos en los últimos dos años están cerrando sus legislaciones hacia la manifestación plural de la fe, como sucede en Egipto, Túnez o Libia.

Durante la presentación de este documento, en el que se analiza la situación de este derecho fundamental en más de 196 países, el director de AIN España, Javier Menendez Ros, aseguró que “la falta de libertad religiosa y las amenazas no han hecho más que aumentar”.

Detrás del aumento de la persecución y las dificultades para los cristianos se encuentran diversos factores, aunque uno que se repite en varios países africanos y asiáticos es la radicalización del islam. Irán, Pakistán, Indonesia en Asia, o Kenia, Nigeria, Mali, Chad y Sudán en África son algunos de los lugares en los que las agresiones hacia los cristianos han aumentado a causa de esta radicalización.

UN INFORME PARCIAL

El informe realizado por la fundación Católica Ayuda a la Iglesia Necesitada presenta, desde una página web, el acceso a la información detallada de cada país, presentando casos concretos en los que estima que se ha vulnerado o atacado la libertad religiosa.

Por ejemplo, en España el informe destaca los ataques laicos perpetrados por diversas asociaciones durante la Jornada Mundial de la Juventud en Madrid y la visita del Papa a Barcelona, o las iniciativas de celebrar procesiones laicas, que consideran ofensivas hacia el derecho de libertad religiosa. Nada dice el informe, sin embargo, de las dificultades que han tenido varias iglesias evangélicas, sobre todo en Cataluña y Madrid, con respecto a la apertura y uso de centros de culto.

Este sesgo católico se percibe también al consultar el informe de México , donde no se registra ninguno de los casos de ataques y expulsiones de evangélicos, casos ampliamente documentados de los que Protestante Digital se ha hecho eco.

El informe completo puede consultarse desde la página web de la Fundación AIN.

Fuentes: ABC
Protestante Digital 2012

dijous, 18 d’octubre del 2012

Per què cal usar el llenguatge inclusiu?

Llenguatge inclusiu és aquell en què es tenen en compte els homes i les dones, tot desestimant el masculí genèric, que, en teoria, inclou tothom.

Per què cal usar-lo? Fonamentalment per explicitar, aclarir i no amagar la realitat.

Un exemple pràctic:


El masculí genèric sense més (aquí "niños abusados") ajudaria a amagar la realitat si no s'indiqués a continuació que el 81% són "niñas". Si quan es parla d'abusos sexuals s'entengués sempre que les nenes són majoritàriament les que pateixen abusos necessàriament caldria preguntar-se per què, i aprofundir en les causes i les conseqüències, i demandaria canvis immediats en tota la societat i totes les organitzacions de dalt a baix. Emprant el genèric masculí, es dóna per entès que es tracta d'un problema compartit i, com passa sovint, que cal tractar-lo individualment i no socialment. 

L'afirmació sobre el percentatge d'abusadors també ens dóna una informació útil sobre la realitat i ens ajuda a interpretar de nou la dada anterior. En teoria, les persones abusades tenen grans possibilitats de convertir-se en abusadores, tanmateix sembla que els percentatges de dalt i de baix no es corresponen. Així doncs, sense obviar ni treure importància al 4% de dones abusadores, cal afirmar que la teoria dels experts no es correspon a la realitat i que hi ha raons més potents que porten a l'abús sexual.

Ja que no està establert lingüísticament el canvi de gènere quan la majoria és femenina, el més honest seria explicitar sempre les proporcions, com es fa en aquest exemple. O començar a optar pel canvi de gènere en les nostres converses. 

O no sona ridícul dir "companys" o "treballadors" o "germans" a un grup important de dones i només un o pocs homes?

Seis mil católicos y evangélicos celebran un culto ecuménico


Seis mil católicos y evangélicos celebran un culto ecuménico

17-10--2012, BUENOS AIRES (ARGENTINA)

Unos 6.000 evangélicos y católicos colmaron de oraciones, alabanzas y música el estadio Luna Park de la ciudad de Buenos Aires, Argentina, en el marco de un encuentro ecuménico para exteriorizar la unidad de los cristianos. La reunión tuvo lugar el pasado sábado bajo el lema "El evangelio poder de Dios".

“Se vivió un clima de una sola Iglesia en Cristo”, destacaron desde la Comunión Renovada de Evangélicos y Católicos en el Espíritu Santo (CRECES), a cargo de la organización.En representación de los evangélicos habló el pastor Carlos Mraida, de la Iglesia del Centro y uno de los presidentes del Consejo de Pastores de Buenos Aires, quien abogó porque los cristianos “seamos militantes por la vida,por la justicia y la equidad” al afirmar que “los cristianos tenemos que hablar por los que no tienen voz”.

“El Evangelio no se avergüenza ante un sistema que nos dice que la fe ya fue”, enfatizó en medio de aplausos.

RENOVACIÓN Y UNIÓN

El predicador de la Casa Pontificia, padre Raniero Cantalamessa, habló dos veces ante una tribuna con muchos jóvenes, que respondían a sus reflexiones con aplausos y gritos. Pastores, obispos y sacerdotes lo seguían desde las primeras filas del estadio, así como también funcionarios, entre ellos el director general de Cultos de la ciudad de Buenos Aires, Alfredo Abriani, quien subió al escenario para leer el decreto que declara de interés para la Ciudad este encuentro ecuménico.

El padre Cantalamessa aseguró que “si todas las biblias desaparecieran de la faz de la tierra y quedara solo una línea para leer, sería: ‘Dios es amor’. Toda la Biblia está ahí”.

Tras explicar que “la verdadera novedad del cristianismo es que se tiene que vivir bajo la ley del Espíritu Santo, que no es una ley obligatoria sino que se cumple por atracción”, sostuvo que “la vida cristiana no se vive por miedo a no cumplir la ley sino por amor, ésta es la novedad del cristianismo”.

Uno de los momentos culminantes fue cuando Cantalamessa hizo rezar al estadio Luna Park el Magníficat, cántico que proviene del evangelio según Lucas y reproduce las palabras que María dirige a Dios en ocasión de su visita a Isabel, su prima, esposa del sacerdote Zacarías y madre de Juan el Bautista. “María es la primera pentecostal y carismática de la Iglesia”, dijo.

RECONOCER A JESÚS

A su turno, también predicó, y fue ovacionado por el estadio, el arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, cardenal Jorge Mario Bergoglio, quien recordó que “Jesús estuvo fundamentalmente en la calle, caminaba en medio de la gente y pasaba haciendo el bien”.

“Todavía hoy sigue pasando, y no vaya a ser que no lo reconozca. Hoy le quiero pedir al Señor, tener ese santo miedo de no reconocerlo entre nosotros”, dijo.

El religioso lamentó que la Iglesia esté “floja en capacidad de sorpresa y ternura. Son dos atributos que estamos perdiendo y en algunos casos los perdimos del todo. Estamos atiborrados de huelgas, salideras bancarias y otras malas noticias. Nos vamos empachando de malas noticias y nos olvidamos de las buenas”.

El cardenal Bergoglio pidió perdón porque “la Iglesia ha perdido la ternura” y oró: “Que no nos acostumbremos a ver en la calle a niños desnutridos, gente abandonada, gente a la que le falta comida y abrigo. Señor que cada vez que veamos una llaga nos sorprendamos y nos acerquemos con ternura”.

Para poner en práctica lo predicado, la ofrenda reunida en la ocasión - unos 73.000 pesos (12.000 euros)- fue destinada a los “hermanos” del hospital psiquiátrico bonaerense José Tiburcio Borda.

CRECES es una iniciativa de laicos y pastores que comenzó en 2003 y reúne a cristianos católicos y evangélicos en actitud de oración y escucha de la palabra de Dios, buscando juntos la unidad del Cuerpo de Cristo.

Fuentes: AICA
De Protestante Digital 2012

Calen sanadors

Hacen falta sanadores

Hoy hacen falta sanadores. Hacen falta hombres y mujeres que cuiden de los dolientes. Hacen falta hombres y mujeres que se acerquen a los que sufren, que calmen con sus manos, que consuelen con su palabra, que curen con su ciencia. Hoy hacen falta sanadores: estudiosos incansables, profesionales compasivos, observadores atentos, generosos en el esfuerzo y austeros en la demanda. Hoy necesitamos hombres y mujeres de ciencia, que se detengan sin temor frente al mal, que lo estudien, que lo analicen, que lo diagnostiquen y propongan remedio. Hoy hacen falta hombres y mujeres sin horario para la enfermedad, sin temor al contagio, sin miedo a la sangre. Hoy hacen falta hombres y mujeres que se enfrenten cada día al final inevitable, que puedan mirar de cara a la muerte y mantener la confianza en que esta no será la última palabra. Hoy necesitamos sanadores a quienes mirar a los ojos en nuestras horas de angustia y encontrar en sus pupilas al hermano que refleja el rostro del padre eterno.

Hoy necesitamos hombres y mujeres que miren al corazón… y que tengan un corazón en la mirada.

Francisco Igea

dimecres, 17 d’octubre del 2012

El Vaticano II, mirada de mujer

per Carmiña Navia Velasco

La iglesia católica necesitaba impulsos de renovación, de ello no hay ninguna duda en la distancia. Había pensamientos y búsquedas distintos, ensayos de aperturas, intentos de sintonías con el mundo moderno. El Concilio no sale de la nada, se prepara en procesos anteriores y/o simultáneos: Personajes como León Bloy, Maurice Blondel, Emanuel Mounier, Edit Stein, Dorothy Day, Madeleine Delbrél; teólogos como Marie Dominique Chenù, Ives Congard, Edwar Schillebeeckkx, Henri de Lubac; los movimientos laicales de acción católica especializada; la reflexión teológico-social en Lovaina; los obispos comprometidos con los pobres y la justicia en América Latina… todos estos caminos fueron cristalizando la urgencia de cambios más profundos. Es claro sin embargo que sin el talante profético de Juan XXIII no se habría hecho realidad esta necesidad sentida.

Los años en que se gesta la teología conciliar son los mismos en los que en América Latina se gesta la teología de la liberación. Estos caminos prepararían de manera especial a la iglesia del subcontinente para la reunión de Medellín que en 1968 actualiza los principales pasos inspirados en el Vaticano II.

La convocatoria al concilio, su preparación, sus primeros impulsos, generaron un clima de esperanza, de rejuvenecimiento, corrientes intraeclesiales que significaban dinámicas inéditas y novedosas. A pesar de los límites obvios del desarrollo y las conclusiones conciliares, los avances y lo conseguido en este tiempo de trabajo marcó a la iglesia fuertemente y permitió a los cristianos y cristianas una mayor cercanía a la sensibilidad y las preocupaciones modernas.

En las relecturas de este acontecimiento cada uno señala desde su propia sensibilidad esos límites. Jon Sobrino, por ejemplo dice lo siguiente:

La iglesia de los pobres es una clara laguna en el concilio, que no se puede llenar con textos, por muy importantes que sean por otros capítulos. La iglesia reconoce en los pobres y en los que sufren la imagen de su fundador pobre y paciente, se esfuerza en remediar sus necesidades y procura servir en ellos a Cristo. (LG 8). Estas palabras algo dice de la misión de la iglesia y de su espiritualidad, pero no toca su ser pobre, ni su destino de persecución por defender a los pobres. No se tenía en cuenta la dimensión histórica y dialéctica del pobre. Ni menos aún su dimensión salvífica; la iglesia debe servir a los pobres, sí, pero los pobres pueden salvar a la iglesia.

En esta perspectiva de las lagunas, es mucho más lo que se puede decir de la mujer.

El concilio preparó a la iglesia para encontrarse mejor con y en el mundo moderno ante el cual había y continúa habiendo una fractura. El concilio llenó a los católicos de optimismo. Juan XXIII en su discurso inaugural alienta a los conciliares con estas palabras:

La iglesia asiste en nuestros días a una grave crisis de la humanidad, que traerá consigo profundas mutaciones. Un orden nuevo se está gestando, y la iglesia tiene ante sí misiones inmensas, como en las épocas trágicas de la historia. Porque lo que se exige hoy de la iglesia es que infunda en las venas de la humanidad la virtud perenne, vital y divina del Evangelio…
Nos creemos vislumbrar en medio de tantas tinieblas, no pocos indicios que nos hacen concebir esperanzas de tiempos mejores para la iglesia y la humanidad.

Señalo algunos ejes como los principales logros de este acontecimiento eclesial:
  • Reconocimiento de la dignidad de los laicos y propuesta de una imagen de la iglesia como pueblo de Dios.
  • Propuso, aunque ello no se logró plenamente, la democratización de las estructuras propias internas, tratando de eliminar los verticalismos extremos.
  • Impulsó el aggiornamento, es decir la atención a los signos de los tiempos y la sintonía con el desarrollo del mundo actual.
  • Igualmente se avanzó mucho en el contacto directo de los y las católicos con la Palabra, a partir del Concilio la Biblia se difundió entre laicas y laicos, cosa no pensable antes.
Es claro que desde los impulsos iniciales y desde las intuiciones se realizó un esfuerzo, pero ese esfuerzo no dio de sí todo lo que se esperaba: la estructura eclesial con su peso de siglos impuso sus dinámicas de poder y exclusión. Gladys Parentelli, una de las mujeres latinoamericanas presente en los corredores del Vaticano, nos habla en estos términos de su profunda decepción:

En esa época yo me encontraba bien desorientada, decepcionada de la iglesia o de ese feo rostro de la iglesia que estaba conociendo. Recuerdo que en un oportunidad, erré durante horas por las calles de Roma, pensando en todo eso, y de repente, me encontré al borde del río Tíber, que me miraba desde su cauce de aguas turbulentas, marrones, contaminadas, y hasta, pienso, que llegué a preguntarme si tirándome al Tíber no se solucionaría, de una vez, toda esa sucia situación en la cual me encontraba. Mi desilusión era tal que eso me llevó a decidir no seguir allí perdiendo mi tiempo y regresar a Lovaina a continuar con mi trabajo. Aunque debo reconocer que esa fue una época de aprendizaje de todo tipo, especialmente acerca de los métodos de la curia. Regresé a Lovaina y ya no volví a asistir a la sesión del Concilio, que se clausuró ese mismo año. 

Juan XXIII primero y Pablo VI después, con mayor buena voluntad que lucidez o posibilidades reales, nombra a 17 mujeres auditoras en el Concilio. Estos nombramientos, que se hicieron por etapas, tuvieron mucha resistencia en la curia vaticana y su puesta en marcha y publicación se torpedearon continuamente. Fueron nombradas mujeres religiosas: superioras mayores y directoras y acompañantes de algunos movimientos internacionales de acción católica. Su labor fue absolutamente nominal: pudieron participar en las actividades aledañas al desarrollo mismo de las sesiones, pudieron llegar al Vaticano a algunas plenarias, pudieron estar presentes en la sala de prensa, pero nada más. No tuvieron ni siquiera la oportunidad de opinar sobre ninguno de los documentos a pesar de haberlo pedido. El nombre de auditoras pareció responder más bien a un deseo por parte de ambos Papas de un cierto testimonio de mujeres en el hecho mismo del Concilio sin que de ello se pudiera derivar ninguna intervención por su parte.

De otro lado la mención de la mujer en los documentos conciliares es totalmente marginal y circunstancial, sin que esas menciones conlleven, sugieran o motiven ninguna profundización en su verdadera realidad intra o extraeclesial. Quizás lo más significativo lo encontramos en la Constitución Gaudium et spes, nº 29:

Es evidente que no todos los hombres son iguales en lo que toca a la capacidad física y a las cualidades intelectuales y morales. Sin embargo toda forma de discriminación en los derechos fundamentales de la persona, ya sea social o cultural, por motivos de sexo, raza, color, condición social, lengua o religión, debe ser vencida y eliminada por ser contraria al plan divino. En verdad es lamentable que los derechos fundamentales de la persona no estén todavía protegidos en la forma debida por todas partes. Es lo que sucede cuando se niega a la mujer el derecho de escoger libremente esposo y de abrazar el estado de vida que prefiera o se le impide tener acceso a una educación y a una cultura iguales a los que se conceden al hombre.

Como en otras oportunidades hay una declaración de principios impecable: se condena cualquier tipo de discriminación por cualquier razón de sexo y u otras condiciones, sin embargo a la hora de sacar las consecuencias prácticas parece aplicarse lo contrario a lo sugerido en el evangelio: se mira más la mota en el ojo ajena que la paja en el propio. Pareciera que la discriminación de la mujer se dé más en culturas donde hay una falta de libertad ostensible que en Occidente, donde por ser más sutil no deja de ser más real.

De otro lado se reconoce la justa lucha de la mujer por sus reivindicaciones y se afirma que allí encontramos un signo de los tiempos; igualmente se sostiene que es necesario que ella tenga un espacio especial y responsabilidades concretas en el apostolado laical. Se afirma igualmente el que la iglesia siempre ha defendido y reivindicado a la mujer.

Sin embargo, revisando detalladamente el Concilio desde la mirada y los intereses femeninos me voy a detener en dos limitaciones, ambas igualmente fuertes que se hicieron patentes en esos años y que siguen siendo patentes hoy.

De un lado no se reconoce a la mujer la posibilidad de un cambio radical y/o de cambios más o menos significativos en lo que respecta a entender su propia naturaleza, su vocación, su destino social. En el mensaje final de Pablo VI a las mujeres, al cierre del Concilio, se dice:

Vosotras las mujeres, tenéis siempre como misión la guardia del hogar, el amor a las fuentes de la vida, el sentido de la cuna. Estáis presentes en el misterio de la vida que comienza. Consoláis la partida de la muerte. Nuestra técnica lleva el riesgo de convertirse en inhumana. Reconciliad a los hombres con la vida. Y, sobre todo, velad, os lo suplicamos, por el porvenir de nuestra especie…

La iglesia reivindica la igualdad de la mujer y el que se le trate bien, pero todo ello sin contemplar el que pueda asumir destinos diferentes a una vida ligada a la maternidad. Las posturas católicas oficiales muestran estar ancladas en una concepción naturalista y biologista de los seres humanos, que desconoce totalmente la construcción socio-cultural de la sexualidad y del género. Por ello a las mujeres se les ligan prioritariamente con su maternidad como destino. Destino que ella debe asumir y que la limita además de que la carga de obligaciones morales y sociales. Las consecuencias nefastas para la sociedad en su conjunto las podemos ver la mayoría de los barrios de las periferias urbanas de América Latina habitadas por mujeres que sostienen el 90% de la vida y por hombres completamente irresponsables, itinerantes y ausentes.

Quizás lo que es más importante. Ni en el Concilio, ni después la iglesia católica ha asumido una tarea absolutamente urgente y necesaria: Revisar a fondo, sin temores ni prejuicios el papel, la situación y la tremenda desigualdad de la mujer al interior de sus propias estructuras organizativas y pastorales. Mientras esta tarea no se cumpla, podemos afirmar sin temor a equivocarnos que para las mujeres del mundo el Concilio no trajo una puesta al día.

La posición de la mujer al interior de la iglesia católica continúa respondiendo a un paradigma pre-moderno en el cual no se ha alcanzado la plena igualdad de derechos entre mujeres y varones. Se continúa denegando el acceso de la mujer al sacramento del orden y a la celebración de la eucaristía, elemento central de la vida cristiana. Las argumentaciones teológicas esgrimidas ya han demostrado su debilidad, igualmente las apelaciones a la tradición.

Es la cita de Sobrino con que iniciamos estas reflexiones: El Concilio impulsó muchas cosas en la iglesia, de cara a la sociedad en su conjunto, de cara a las otras formas religiosas… pero no realizó procesos de transformación estructural interna que permitiera dinamismos internos de cambios que ya eran necesarios en su momento, pero que hoy son urgentes.

Otro aspecto en el que se puede mirar el Concilio desde las mujeres, es en lo tocante a la Mariología. Fue un tema difícil, espinoso, ambivalente y al final contradictorio. Ya la declaración del dogma de la asunción en 1950 había generado mucho debate, la figura de María era además una de las barreras que separaban a los protestantes y católicos. La mayoría de los teólogos europeos influyentes en la preparación del Vaticano II apostaba porque se frenara la llamada divinización de María por parte de la religiosidad popular. Los conciliares bloquearon a María de Nazaret y quedó reducida a unos pocos numerales en el conjunto de los documentos.

La presión intelectual de los teólogos y de algunas teólogas logró racionalizar un poco más esta figura y hubo un gran avance en el sentido de que los ojos de los y las creyentes se volvieron hacia la mujer histórica, concreta y real que fue la madre de Jesús. En los años que siguieron al Concilio se profundizó mucho en la María de los evangelios y el Magnificat se convirtió en el himno de entrada a una nueva aproximación a la realidad de esta campesina judía. La Virgen de Guadalupe, la Aparecida y otras advocaciones latinoamericanas se convirtieron dentro del paradigma de la teología de la liberación en una motivación y respaldo para la lucha de liberación de estos pueblos. En cualquier caso lo poco que se desarrolló fue una mariología centrada en Jesús.

El tema femenino de fondo que ha acompañado siempre y acompaña la mariología, ese tema quedó intocado. En el concilio mismo y en la teología posconciliar. Catharina Halkes, una de las teólogas feministas que más ha escrito sobre la mujer María de Nazaret y sobre su imagen nos dice:

¿Cuál es la verdadera María? Se ve ya la escisión en Efeso, donde María asume el puesto de la Diosa Diana o Artemisa y configura el misterio de la madre divina, que es indispensable para los hombres. Esto, de hecho da origen a dos Marías. Primero, la María de la doctrina de fe, que siempre vigila para que la persona de María se mantenga subordinada a la de Cristo, de manera que su esplendor no disminuya u oscurezca el esplendor de Cristo, y en la que María debe su excelencia a la gracia de Dios y al nacimiento de Cristo. Segundo, además de esto está la María que vive en una piedad creciente y a veces extravagante, no sólo de parte del pueblo sencillo, sino también de hombres, santos y teólogos, como Bernardo. Esta piedad tiene un resplandor propio; es una reminiscencia que proviene de una necesidad primordial de lo que da, nutre y preserva la vida. Mientras exista estas diferencias, seguirá la confusión, pero esto reta aún más a profundizar en el análisis.

Durante el desarrollo mismo del Concilio y en los años inmediatamente posteriores en la reflexión y espiritualidad católicas se soslayó la realidad de María porque no se quiso abordar todo el tema de la imagen y realidad de la mujer que le estaban ligados. Fue necesario esperar a algunos desarrollos de la teología feminista para repensar a fondo el papel de la madre de Jesús en el panorama amplio del cristianismo y para revisar a fondo su estrecha vinculación con imágenes dañinas de la mujer, así como para proyectar nuevas imágenes que la acompañen en sus procesos de autoestima, autovaloración y liberación.

Cali – Agosto de 2012

Via Redes Cristianas

Bol acanalat aquemènida

Acanalat bol

Data: Segles VI-V a.C. / Geografia: Iran / Cultura: Aquemènida / Material: Or / Dimensions: H. 11,1 cm

Al segle VI a.C., sota el lideratge de Cir el Gran (538-530 a.C.), la dinastia persa Aquemènida van enderrocar els reis de Madiam i va establir un imperi que amb el temps s'estendria des de l'est d'Europa i Egipte fins a l'Índia. 

Els governants aquemènides, inclosos reis famosos com Cir, Darius I (sobre 521-486 a.C.) i Xerxes I (al voltant de 485-465 a.C.) van construir palaus i centres cerimonials a Pasargada, Persèpolis, Susa i Babilònia. 

La dinastia aquemènida es va perllongar durant dos segles i va acabar amb les conquestes d'Alexandre el Gran, que va destruir Persèpolis l'any 331 a.C. 

El període aquemènida està ben documentat per les descripcions dels escriptors grecs i del l'Antic Testament, així com per l'abundància de restes arqueològiques.

Els bols i plats estriats de l'època aquemènida continuen una tradició iniciada a l'Imperi Assiri. Alhora que s'oferien com a regals reials, també s'apreciaven i s'intercanviaven simplement tenint en compte el pes dels metalls preciosos de què estaven fets.

Original


Naciste siendo original,
no mueras siendo una copia.
a través de Ser un ángel puro e inocente entre tanta gente pecadora CANSA DEMASIADO

dimarts, 16 d’octubre del 2012

Teòlogues en el refectori dels monjos benedictins


Impresiones del Congreso Teológico Internacional “Las Teólogas vuelven a leer el Vaticano II: asumir una historia, preparar el futuro” celebrado en Roma del 4 al 6 de octubre de 2012 en el 50 Aniversario del Vaticano II
MARI PAZ LÓPEZ SANTOS, pazsantos@pazsantos.com MADRID.

ECLESALIA, 16/10/12.- Al llegar al Pontificio Ateneo S. Anselmo, bellísimo enclave monástico de monjes benedictinos, me dí cuenta inmediatamente de que el Concilio Vaticano II, que inició el Papa Juan XXIII en el año 1962, y del que celebramos este año el 50 aniversario, era la causa inicial de que este Congreso de teólogas se pudiera estar celebrando en semejante espacio.

Me comentaron que hasta principios de los años setenta, ninguna mujer había entrado en los metros cuadrados de este monasterio benedictino masculino. En los días que ha durado el Congreso, el gran refectorio (comedor de los monjes) se ha convertido en sala de conferencias para acoger a más de doscientas teólogas de veintidós nacionalidades: Argentina (3), Austria (1), Australia (2), Brasil (2), Canadá (2), Chile (1), Colombia (1), Croacia (3), Francia (4), Alemania (3), Italia (136), México (5), Nicaragua (1), Noruega (1), Paraguay (1), Perú (1), Rumania (3), España (43), Suiza (1), Reino Unido (8), USA (3), República Dominicana (1).

Como mujer me siento agradecida a Dios, a los padres conciliares y a los monjes benedictinos por este detalle que, como tantos otros que se introducen en la vida y dejan no llaman la atención, pero que no hay que perder de vista sobretodo pensando en lo que todavía queda pendiente después de cincuenta años del Vaticano II y hay que seguir en la brecha.

Si el espacio del Congreso me llevó a esta primera e inocente reflexión, qué decir del hecho de ver aquella gran sala llena de mujeres teólogas, muchas de ellas catedráticas en diferentes universidades del mundo. También me alegró ver la presencia de algunos hombres en este Congreso, tanto asistentes como ponentes de algunas charlas. Al fin, de lo que se trata es de caminar juntos.
Las 15 ponencias han tratado de transformaciones en la Iglesia y en el mundo en estos años, de antropología, relaciones eclesiales, instituciones, temas ecuménicos, cambios culturales, comunicaciones, etc. desde la perspectiva femenina en la Iglesia y en el mundo.

La presencia académica femenina en la Teología es un hecho sin retorno, pero además tiene por delante un camino que, como todo lo que es vida, no puede quedarse anclado en los logros y los reconocimientos, ni en los rechazos o zancadillas, sino avanzar haciendo posible que la mujer sea ciudadana de pleno derecho en la tierra como en el Cielo.
A continuación comparto algunos apuntes rápidos tomados en las conferencias
-          “Contra el poder, desafiar el sentido común: soñar y creer, crear lo que creemos y soñamos”
-          “La espiritualidad avanza a pasos agigantados, no así la teología”
-          “La teología feminista ha recuperado la conciencia de las mujeres sobre su noción de dignidad”
-          ¿Por qué se habla de toda la Iglesia si no está representado el 50% de la Iglesia?
-          “Hombres y mujeres son iguales, toda discriminación está contra el plan de Dios”
-          “Hay una dimensión moral en el trato de las mujeres en la Iglesia”
-          “Queda mucho por hacer para aumentar la autoridad de las mujeres en la Iglesia”
-          “En el Concilio de Nicea ya hubo participación de las mujeres”
-          “La mujeres fueron invitadas a participar en el Vaticano seis días después de empezar el mismo. No obstante, fue un paso importante, aunque tomado a toda prisa”
-          “Algunos padres conciliares habían solicitado  la participación de los laicos,
hombres y mujeres, que  participaron como auditores y en los ritos solemnes”
-          “Una mujer que fue invitada a participar, preguntó: ¿En qué reuniones puedo participar? Le contestaron: Sólo en las que afecten a las mujeres. Ella contestó: Bien, entonces, podré participar en todas”.
-           “La Iglesia puede aprender de las mujeres que enseñan con autoridad en nuestro tiempo”
-          “El magisterio es el arte de enseñar con autoridad”
-          “Magisterio, cuestión de qué y no de quién”
-          “Teología y Doctrina es el medio con que la Iglesia evoluciona con la Historia”
-          “La participación de las mujeres en la Iglesia se da desde el primer día de la creación de esta”
-          “Jesús fue ayudado por muchas mujeres que iban con Él”
-          “Desde el principio de la vida apostólica hubo mujeres: maestras, discípulas, profetas…”
-          “El magisterio debe involucrar a todo el pueblo de Dios” “Debe escuchar a las mujeres”.
-          “El Papa Benedicto XVI dijo refiriéndose a otras religiones: “No hay que tener celos”. Esto vale igual para las mujeres”
-          “El Papa Pablo VI, al ver a una auditora del Concilio, en una reunión con todos los auditores le dijo: “¡Ah, nuestra colaboradora!”
-          “Muchas voces de mujeres en la teología se consideran con sospecha”
-          “Teología: como ciencia (investigación) y como servicio a la Iglesia, aunque el resultado no esté de acuerdo con lo que dice la Iglesia, como ocurrió antes del Concilio con teólogos como Rahner, Congar, Lubac…
-          “La crítica a la Iglesia nunca ha sido bienvenida”
-          “Las mujeres han ejercido el magisterio en el servicio pastoral y en la enseñanza”.
-           “El Vaticano II tiene un futuro para los que nos siguen. Hay que contar el Vaticano II sino morirá con nosotros”
-          “Hay que seguir adelante más allá de las dificultades del momento”
-          “Se habla demasiado de las mujeres y sucede lo que decía Aristóteles: que cuando un modelo se llena de contenidos ya no sirve como modelo universal”
-          “Prevalece la idealización de la mujer, la exaltación de lo materno”
-          Situación ambivalente: por un lado se alaba a la mujer y, por otro, no se acepta en espacios eclesiales y políticos”
-          “Hay que llegar a comprender cual es el miedo que provoca lo femenino, para llegar a una justicia social”
-          “Concilio: todos los fieles y no sólo los obispos son responsables de su fe, conferida en el bautismo”
-          “La conciliaridad debe suceder no sólo a nivel eclesial sino también a nivel local, regional, universal, ordenes religiosas, etc”
-          “Situar otra vez a Cristo en el centro, no sólo en la espiritualidad sino también en la teología”.
-          “Se pide a la Iglesia que presente y hable de Dios y no tanto de la Iglesia”.
-          “La Iglesia ha de ser signo de los tiempos compartiendo con otras Iglesias que pueden tener otras perspectivas”
-          “Ha de considerar el tema de las mujeres como prioritario, tomando en cuenta los dones de las mujeres. Tiene que ser la Iglesia de todo el pueblo de Dios”
-          “Hay que predicar el evangelio de manera creíble”
-          “Ante los cambios no se puede ser sólo observador”
-          “El empuje de Pedro se quedaría en nada sin Cristo”
-          “La confianza debe estar presente”
-          “La profecía es en nuestros días, más que nunca, cosa a ver de forma personal y comunitaria”
-          “Se pide al Sínodo que se plantee que la infecundidad de la evangelización hoy es un tema de espiritualidad y compromiso”
-          “La situación actual es complicada y compleja, y mucho más para la mujer”

Por último, quiero resaltar escuetamente, lo que dijo una joven teóloga italiana (Simona Borello) en su ponencia “La tensión intergeneracional”:
-           “¿Quiénes serán nuestros compañeros de viaje?”
-          “La Iglesia ha de cambiar el lenguaje para hacer llegar el mensaje de Jesús a las nuevas generaciones”
-          “Los textos del Concilio habrán de ser leídos de otra manera, de forma que se entiendan”
-          “Lugares de misión: nuevas tecnologías”

No puedo dejar a un lado algo que he echado de menos en el Congreso: alguna ponencia sobre la Teología de la Liberación a cargo de teólogo o teóloga de Latinoamérica. Se me hace extraño ya que esta teología es fruto del Vaticano II y en cuanto a la incidencia en la vida de las mujeres de los países comprendidos entre la frontera del Río Bravo y la Tierra de Fuego, es vital. Sin olvidar la opción por los pobres y su causa, que tiene en su haber mártires venerados por el pueblo sencillo, como Mons. Romero, y miles “sin nombre” para nosotros pero bien escritos en el corazón de Dios.
Me hubiera gustado más tiempo para la palabra y el debate y también, sin duda, la celebración de una Eucaristía donde ofrecer lo vivido y pedir alegría y energía para lo que habrá que vivir.

El último día por la tarde asistimos a una sencilla obra de teatro “Il papa, la carezza , la luna”en donde quedó reflejada la personalidad del Papa Juan XXIII y su inspiración para convocar el Concilio. La teología de la Liberación tuvo su especial homenaje. Me alegré.

Un momento especialmente interesante del Congreso fue el testimonio de algunas personas que participaron. Hubo 23 mujeres, entre ellas María Luz Longoria de Alvarez Icaza, mexicana, casada y madre, entonces de 12 hijos (luego tuvo dos más) fue invitada junto a su marido, como representantes de una asociación católica de familia y matrimonio. Habían hecho una encuesta en su país recogiendo más de 20.000 respuestas de matrimonios católicos: el trato a los divorciados y la aprobación de los métodos anticonceptivos fueron votados masivamente como temas que debían ser tratados y cambiados en la Iglesia.

Contó, Mª Luz, una anécdota interesante que ocurrió gracias a que un obispo de Canadá le pidió que intercediera a la hora de tratar el tema del matrimonio, para que se cambiara el segundo fin del matrimonio “como remedio para la concupiscencia”… (aquí hubo carcajada general en el auditorio) y se pasara a considerar que la sexualidad es medio para el aumento del amor entre marido y mujer. Mª Luz pidió la palabra tímidamente, pues era la única esposa y madre ante cardenales, obispos y teólogos y les dijo que pensaran en sus madres, considerando si cuando ellos fueron concebidos, se plantearon el hecho como concupiscencia o bien por el amor entre sus padres. Cuando acabó de hablar, reinó un gran silencio seguido de un intenso debate. Ella no entendió nada porque hablaban en latín. Al final la enmienda fue aprobada. Creo que el Espíritu Santo sopló suavemente a Mª Luz para que hablara a los padres conciliares de la sencilla teología de la vida, la familiar, la doméstica, la del amor de los que se aman que no es “terapia anti-concupiscencia”.
Queda un año por delante para celebrar el 50 aniversario del Concilio Vaticano II, será un tiempo bueno para seguir investigando a nivel teológico en los documentos; también de forma personal como bautizados y de forma comunitaria: en nuestros grupos de oración, animando al debate a los jóvenes, compartiendo con sacerdotes, religiosos y religiosas, monjes y monjas… todos.
Hay mucho por hacer y está escrito en los documentos conciliares… sacudamos el polvo y que se abran las ventanas para que entre el Espíritu que movió al Papa Juan XXIII a convocar el Concilio Vaticano II y nos anime a todos a seguir adelante perdiendo el miedo a los cambios, nos aumente la Fe, sin dejar atrás la Esperanza y el Amor: es un trío que siempre va junto.

Desde aquí quiero agradecer a las teólogas italianas y a todas las personas que se han ocupado de la logística del Congreso, su dedicación, trabajo y buen hacer. 

(Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

Al final...

"Al final tot sortirà bé. I si encara no surt bé, és que encara no és el final"

dilluns, 15 d’octubre del 2012

Dues corones?

Jesús
El meu Salvador - El meu Rei

Dues corones per a un sol Rei? 
Si ho mediteu bé, us adonareu que es tracta de la mateixa corona 
perquè totes dues assenyalen a un mateix estil de reialesa.

Que el Senyor Jesús ens concedeixi de viure la nostra reialesa baptismal 
amb tots els seus matisos, ben units a Ell.

diumenge, 14 d’octubre del 2012

Com et veus?

Bon dia! Quina és la teva riquesa?


   
Per als qui són rics, que n’és, de difícil, d’entrar al Regne de Déu!




Ningú dels qui per mi i per anunciar l’Evangeli han deixat la casa, germans i germanes, pare, mare, fills o camps, no deixarà de rebre, ja en el temps present, el cent per u de cases, germans i germanes, mare, fills i camps, i també persecucions, i, en el món futur, tindrà la vida eterna.


divendres, 12 d’octubre del 2012

Ànim, Malala!

De Cadis

Hildegard de Bingen, doctora


"Este honor a Hildegard, presencia femenina activa, fecunda y creativa de su tiempo, debe ayudarnos (especialmente, a la Iglesia jerárquica) a elaborar una teología realmente católica, es decir, que dé cabida a las experiencias de todos los miembros de la Iglesia: mujeres, y hombres, laicos y clérigos.”

Honor a la teología hecha por mujeres
(Carlos Ayala Ramírez- Adital) Después de 833 años, la Iglesia católica otorgó el título de Doctora de la Iglesia Universal a la religiosa alemana Hildegard von Bingen, quien vivió en el siglo XII. En ese momento, como en otros, la historia que se enseñaba y se escribía en libros y memorias se fijaba, sobre todo, en figuras masculinas. Se daba por supuesto que el sujeto que hacía teología era siempre un sacerdote; por lo tanto, un varón. Pero los cimientos ocultos de esa civilización reposaban, en lo esencial, sobre mujeres que fueron grandes cristianas, llenas de inteligencia y de virtudes. Es el caso de Hildegard.
En una solemne ceremonia, el domingo 7 de octubre, en la plaza de San Pedro, Benedicto XVI proclamó doctores de la Iglesia a san Juan de Ávila, sacerdote diocesano, y a santa Hildegard von Bingen (1098-1179), monja profesa de la Orden de San Benito. Hildegard es la cuarta mujer que recibe el título de Doctora de la Iglesia. La precedieron Catalina de Siena, Teresa de Jesús y Teresita del Niño Jesús. Después de Evangelista y Apóstol, el título más exclusivo que se concede es el de Doctor de la Iglesia. Doctor, que etimológicamente quiere decir “el que enseña” o “el enseñante”, es un título que dentro de la Iglesia y con carácter universal solo se había aplicado hasta ahora a 33 cristianos, a los que se suman estos dos nuevos doctores. En toda la historia del cristianismo han recibido este honor 31 hombres y solo 4 mujeres. Entre los nombres más conocidos se encuentran Agustín de Hipona, Jerónimo, Tomás de Aquino, Juan Crisóstomo, Buenaventura, Francisco de Sales y Antonio de Padua.
Hildegard von Bingen es considerada una de las mujeres más extraordinarias de la Edad Media. Fue compositora, poeta, naturalista, fundadora de conventos, teóloga, predicadora, taumaturga y exorcista; desveló los secretos de la Creación y la Redención, y la relación entre todas las obras creadas. Dio guías de conducta para alcanzar la vida eterna y se ocupó del funcionamiento del cuerpo humano, sus enfermedades y remedios.
Fue una mujer que se escribía con emperadores, reyes y nobles, la primera que predicó en público y la primera abadesa de un convento independiente de monjas. Todo ello no fue fácil en un contexto donde el derecho eclesiástico confirmaba el sometimiento de la mujer al varón por razones naturales y donde la mujer se mantenía excluida de todos los ministerios eclesiásticos. Más difícil todavía si consideramos que el contenido de su predicación giró en torno a la redención, la conversión y la reforma del clero, criticando fuertemente la corrupción eclesiástica.
Sin embargo, no hay que olvidar que en ese período los monasterios fueron semilleros de donde salieron mujeres que ocupan un lugar eminente en la historia cultural medieval. Allí se les proporcionó a las solteras y a las viudas de la nobleza tanto el espacio como las posibilidades de acción que la sociedad les negaba; encontraron posibilidades de educación y una nueva afirmación femenina.
De esta forma, unas pocas monjas, como Hildegard, Brígida de Suecia, Catalina de Siena y más tarde Teresa de Ávila, tomaron parte activa en la política de la Iglesia; de hecho, gozaron de una autoridad carismática sin precedentes. En el terreno de la mística, las mujeres mostraron mayor imaginación y creatividad que los hombres. El misticismo, entendido como la experiencia directa e intuitiva de la unión con la presencia divina, fue considerado por muchos como una alternativa espiritual frente a los dogmatismos, formalismos y autoritarismos propios de la época. Esto explica, en parte, el hecho de que su aparición estuvo acompañada por conflictos con la Iglesia oficial católico-romana, que temía perder el monopolio en la administración de la Palabra y el sacramento.
Desde su experiencia mística, Hildegard predicó en iglesias y abadías sobre los temas que más urgían a la Iglesia: la corrupción del clero y el avance de los cátaros (movimiento crítico al sistema romano que adoptó como programa la predicación laica y la pobreza apostólica). En uno de sus viajes, cuando visitó Colonia para predicar contra los cátaros, recriminó con dureza la vida disoluta que llevaban los mismos canónigos y los clérigos, la falta de piedad de estos y del pueblo cristiano en general. Fue la única mujer a quien la Iglesia permitió predicar al pueblo y al clero en templos y plazas. Sus amonestaciones fueron comparadas con el mensaje crítico de los antiguos profetas.
La proclamación de Hildegard como la cuarta doctora de la Iglesia nos ha hecho pensar de nuevo en la presencia de la mujer en el quehacer teológico. O, dicho de otro modo, en una teología hecha por mujeres. Hoy día encontramos —sin ser suficientemente valorados por la autoridad eclesiástica— diferentes ámbitos en los que las mujeres viven su fe y realizan su tarea teológica.
El primero es el ámbito de la convivencia, de la transmisión oral, del compartir la vida. Se trata de una reflexión sapiencial que brota de la existencia. Muchas mujeres dotadas de una intuición especial son capaces de aconsejar, de intuir dificultades, de animar, de proponer salidas a los problemas y de confirmar la fe de muchos.
Otro ámbito ocupado mayoritariamente por las mujeres es el de la catequesis. Son las catequistas las encargadas de la iniciación cristiana en niños y jóvenes. A veces, sus enseñanzas repiten en buena medida lo aprendido en su propia infancia. Pero hay también quienes transmiten un cristianismo de seguimiento a Jesús de Nazaret, de lucha por la justicia, de valoración de la vida.
Un tercer ámbito es la labor de las religiosas en los pueblos y barrios. Desde su fe compartida han mostrado la imagen de un Dios comprometido con la liberación de los pobres, de una María de Nazaret próxima a los problemas de las mujeres, de un Jesús compasivo en el sufrimiento humano.
El cuarto ámbito de la teología hecha por mujeres (teología feminista) está referido a las que ejercen el ministerio teológico en institutos y facultades de teología. Su talante se ha mostrado más sensible a los misterios de la gracia que al misterio de la creación, más al misterio de la redención y de la bondad humanitaria de Dios que a su omnipotencia, sabiduría y justicia.
En suma, este honor a Hildegard, presencia femenina activa, fecunda y creativa de su tiempo, debe ayudarnos (especialmente, a la Iglesia jerárquica) a elaborar una teología realmente católica, es decir, que dé cabida a las experiencias de todos los miembros de la Iglesia: mujeres, y hombres, laicos y clérigos.

dimecres, 10 d’octubre del 2012

Com es cronifica el dolor?

Hallan un nuevo mecanismo responsable de la cronificación del dolor

La investigación desarrollada en la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) revela un nuevo mecanismo responsable de la cronificación del dolor, mediante el cual se podrán detectar dianas más específicas para desarrollar fármacos contra el dolor.

La investigación, publicada en 'The Journal of Neuroscience', ha sido llevada a cabo el grupo de investigación de la UPV/EHU Mecanismos del Dolor del Departamento de Neurociencias, quien destacan que aporta una base para el desarrollo de nuevos fármacos analgésicos más eficaces.

"El trabajo demuestra que este mecanismo molecular se precipita desde las primeras horas a partir de la lesión desencadenante, y que es responsable de la propagación del dolor a localizaciones anómalas sin aparente relación anatómica, como, por ejemplo, al lado del cuerpo contrario a la lesión", explica el doctor Jatsu Azkue, director del grupo Mecanismos del Dolor.

El neurotransmisor serotonina cumple, entre otras, la función de modular el dolor. Sin embargo, esta investigación ha puesto de manifiesto que la serotonina participa también en los mecanismos que hacen que el dolor se convierta en crónico y desproporcionado, y ha identificado a su receptor 5-HT2A como mediador principal.

Según ha podido probar el equipo de investigadores sobre un modelo animal afectado de una lesión nerviosa, la activación del receptor 5-HT2A tiene efectos directos sobre un receptor de otro neurotransmisor, en concreto sobre el receptor mGluR1 del glutamato. Así, la activación del 5-HT2A provoca una sobreexpresión de mGluR1, que a su vez potencia la actividad del 5-HT2A de tal manera que esta activación mutua aumenta el dolor y tiende a prolongarlo en el tiempo.

Los resultados de la investigación tienen consecuencias en la estrategia actual de incrementar la cantidad del neurotransmisor serotonina en el sistema nervioso para actuar contra el dolor. "Hemos visto que la serotonina no siempre reduce el dolor, y que incluso puede contribuir a empeorarlo", explica el profesor Azkue.

"Mejor estrategia que aumentar la cantidad de serotonina podría ser controlar sus efectos menos deseables mediante fármacos que bloqueasen la activación de su receptor 5-HT2A o que actuasen de manera simultánea sobre éste y sobre el receptor mGluR1 del glutamato", añade.

Fuente: Europa Press

diumenge, 7 d’octubre del 2012

Les dones, els infants i els últims



Mc 10, 2-16: La “novedad” de Jesús radica en plantear la posibilidad de algo que la sociedad judía no contemplaba: que fuera la mujer la que pidiera el divorcio. Lo que eso significaba era bien simple: situar a varón y mujer en pie de igualdad. O, dicho de otro modo, desactivar el machismo que, como ocurre todavía hoy en no pocos ámbitos geográficos y culturales, lleva a considerar a la mujer como “propiedad” del varón o, al menos, a su servicio.

(Fe Adulta) Parece que el “tema” de este texto no es el que salta a primera vista. A partir de la pregunta que le hacen, Jesús no se centra tanto en la cuestión del divorcio (o repudio), cuanto en el lugar de la mujer.
En realidad, la misma pregunta suena extraña, si tenemos en cuenta que nadie, en Israel, negaba la licitud del “repudio”, en virtud del cual el marido podía despedir a la mujer. Lo que se discutía, según las diferentes escuelas, más o menos rigoristas, eran los motivos que lo justificaban.
Sea el que fuere el motivo de aquella pregunta, la respuesta de Jesús se va a centrar en dos puntos: la “intuición primera” (y, por tanto, también el “horizonte”) hacia el que tiende la relación amorosa y la posición de la mujer.
En la tradición judeocristiana, la relación de la pareja se expresa con las palabras: “serán los dos una sola carne”. Se trata de una expresión vigorosa y de una imagen espléndida, que subraya la unidad-en-la-diferencia.
En ese sentido, puede incluso verse como el paradigma de lo que es todo lo real: unidad sin costuras, en la que no se niega la diferencia, pero esta queda integrada o abrazada en la Unidad mayor que nada deja fuera.
En los comentarios posteriores, así como en la casuística moral, el problema surgió cuando estas palabras se leyeron de un modo literalista. Pero el evangelio no es un conjunto de anécdotas ni una suma de principios morales, sino palabra de sabiduría. Cuando esto se olvida, el literalismo desemboca en el fundamentalismo.
Una cosa es el “principio de sabiduría”, tal como lo formula el maestro de Nazaret, a partir del texto del Génesis, y otra bien diferente es pretender aplicarlo de un modo voluntarista a lo que puede ocurrir en cada pareja concreta.
A nadie habría de resultarle difícil de comprender la infinidad de factores y de condicionamientos, que explican funcionamientos tan dispares de una pareja a otra. Debido a ello, se producirán inevitablemente aciertos y errores, así como decisiones que no puedan llevar a otra cosa que a un “mal menor”.
El propio Jesús, que condena el adulterio, se erige como defensor de una mujer sorprendida en adulterio, a quienes los observantes religiosos querían apedrear (Juan 8,1-11).
Pero, como decía, la respuesta de Jesús va a centrarse en otra cuestión, por la que no le habían preguntado. Más aún, se trataba de algo tan lejano a lo que era el pensamiento oficial y el imaginario colectivo, que la toma de postura de Jesús debió resultarles escandalosa. Hasta el punto de que, una vez en casa, los propios discípulos le vuelven a insistir “sobre el mismo tema”.
La “novedad” de Jesús radica en plantear la posibilidad de algo que la sociedad judía no contemplaba: que fuera la mujer la que pidiera el divorcio.
Lo que eso significaba era bien simple: situar a varón y mujer en pie de igualdad. O, dicho de otro modo, desactivar el machismo que, como ocurre todavía hoy en no pocos ámbitos geográficos y culturales, lleva a considerar a la mujer como “propiedad” del varón o, al menos, a su servicio.
Es claro que tales actitudes machistas, por más que se hubieran mantenido durante siglos, contradecían flagrantemente aquel primer principio bíblico que hablaba de “ser los dos una sola carne”.
En realidad, la actitud de Jesús es coherente con toda su trayectoria. Si algo queda claro en el relato evangélico es su posicionamiento decidido a favor de “los últimos”, “los pequeños”, “los niños”…
El maestro de Nazaret, rompiendo tabúes intocables como el del parentesco y el del estatus social, se coloca voluntariamente en la escala más baja de la pirámide, en el lugar de los últimos y, tanto con sus palabras como con su comportamiento él mismo se autoestigmatiza, situándose en los márgenes de la sociedad y de la religión.
Este hombre, voluntariamente “desclasado”, elige la pobreza (Marcos 10,21) y aparece como el hombre fraternal, que sabe ver, en cada persona que se le acerca, a un hermano, a una hermana. Se muestra profundamente acogedor, particularmente con quienes se sentían más discriminados por cuestiones sociales o religiosas (enfermos, pecadores, mujeres, niños; Zaqueo, María Magdalena, la mujer adúltera…). No hay duda: los “últimos” son sus preferidos: no porque sean “mejores”, sino porque son “últimos”.
Por todo ello, no parece casual que, tras el relato en el que se defiende la igualdad de la mujer con respecto al varón, aparezca la escena de los niños.
En el evangelio –como en la Palestina del siglo I-, la figura del niño no evoca algo positivo, sino todo lo contrario. Por eso, cuando sobre esa figura se han proyectado estereotipos posteriores, no solo se ha caído en un anacronismo histórico, sino que hasta parecía que se elogiaban actitudes infantiles.
En el evangelio, el “niño” es imagen de quien “no cuenta”, “el último de todos”. Por eso, la expresión “dejad que los niños se acerquen a mí”, habría que traducirla más adecuadamente por “dejad que los últimos se acerquen a mí”. Y así es como comprendemos el enfado de los discípulos que, por querer impedirlo, son objeto de la ira de Jesús.
El maestro de Nazaret se identifica con los “niños” o “los últimos” (abrazar significa identificarse) y deja claro que solo puede comprender y vivir su proyecto –que él llamaba “reino de Dios”- quien está dispuesto a “ser niño”, es decir, a colocarse voluntariamente en el último lugar, como él mismo había hecho: “el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir” (Marcos 10,45); “yo estoy entre vosotros como el que sirve” (Lucas 22,27).
Enrique Martínez Lozano www.enriquemartinezlozano.com